martes, 26 de enero de 2010

Dialogos








- No tengo mucha gente a la que le leo algo y me presta atención. Por eso te leo a vos. Cuando me doy cuenta de que termino y me dicen "Ay, que lindo", no lo hago nunca mas. Pienso "no no no... te lo lei para que pienses algo tuyo..., para que...."
- Para ver como se te caía la cara. Para poder disfrutarlo (Risas) como no lo pude disfrutar cuando se me cayó la cara a mi. Para jugar a ser Dios un rato...
...Dios señalandome desde arriba y riendose "JA JA JA, si si si, y creiste que todo se trataba de haberte tomado ese bondi a ESA hora... Muajajajaja - ".







Fuera Diablooooo. Fuck Confucio, pero cómo te quiero.




"Does that bother anybody else, the idea that God might be fucking with our heads? I have trouble sleeping with that knowledge, some prankster god runnin' around, "We'll see who believes in me now."

domingo, 24 de enero de 2010

(Julio y Yo...

¿No deberíamos los argentinos (y esto no vale solamente para la literatura) retroceder primero, bajar primero, tocar lo más amargo, lo más repugnante, lo más obsceno, todo lo que una historia de espaldas al país nos escamoteó tanto tiempo a cambio de la ilusión de nuestra grandeza y nuestra cultura, y así, después de haber tocado fondo, ganarnos el derecho a remontar hacia nosotros mismos, a ser de verdad lo que tenemos que ser?









... alguna vez caminaremos por París, y se me cortará
la voz
al decirle

Oh
Julio
Amor
Mío.)

El rey se mueve un sólo casillero

Hablabamos sentadas en el cordón de la Avenida, mientras el hollín nos iba vistiendo -capa por capa- la piel, y las miserias.
Julia narraba como desde una cápsula; contaba a medias palabras una historia larga y antigua, y traía - con la mirada flotando en un espacio diferente a la calle, la noche, el viernes y yo-; traía colinas, castillos, torres... Y al Rey.

Y Yo, como soy una hija de puta, le convidé un manjar a su memoria.

.
.
.
.
.

Él nene jugando al rey, no es el Rey: es un nene jugando al Rey.



Y si queremos eso, Julia? Y si un día un bufón nos viene a avisar, desde mas allá del año 2000, que allá se han acabado las torres, las coronas, los dragones...?



Jugaremos ajedrez en una batalla de cartón.

sábado, 23 de enero de 2010

Alone with everybody







the flesh covers the bone
and they put a mind
in there and
sometimes a soul,
and the women break
vases against the walls
and the men drink too
much
and nobody finds the
one
but keep
looking
crawling in and out
of beds.
flesh covers
the bone and the
flesh searches
for more than
flesh
.

there's no chance
at all:
we are all trapped
by a singular
fate.

nobody ever finds
the one.

the city dumps fill
the junkyards fill
the madhouses fill
the hospitals fill
the graveyards fill

nothing else
fills.

martes, 19 de enero de 2010

¿Qué es un fantasma?

¿Que es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.

Un Creyente

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:

-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?

-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?

-Yo sí -dijo el primero, y desapareció



(G.L.F.)

domingo, 17 de enero de 2010

Un CD dado vuelta


La ciudad es un monstruo de ojos abiertos y ciegos. Está envuelta en papel de metal.
Ellos. Aspirando el sueño de respirar, se van, se van, se van...
Y justo al saltar, queman las plumas.

Hay hombres sobrios

y aplomados, a los que la desgracia los quiebra por adentro, sin que se vea. No saben quejarse, son ceremoniosos y gentiles, piensan que los demàs actuarán con la misma magnanimidad que ellos usan en la vida. El punto de maxima ruptura se produce cuando empieza el desengaño.




Mr. P quote.

Eso





En esos días, en medio de la desbandada, en una de las habitaciones desmanteladas empecé a escribir un Diario. ¿Qué buscaba? Negar la realidad, rechazar lo que venía. La Literatura es una forma privada de la utopía.


domingo, 3 de enero de 2010

Felisberto



La propaganda de estos muebles me tomó desprevenido. Yo había ido a pasar un mes de vacaciones a un lugar cercano y no había querido enterarme de lo que ocurriera en la ciudad. Cuando llegué de vuelta hacía mucho calor y esa misma noche fui a una playa. Volvía a mi pieza más bien temprano y un poco malhumorado por lo que me había ocurrido en el tranvía. Lo tomé en la playa y me tocó sentarme en un lugar que daba al pasillo. Como todavía hacía mucho calor, había puesto mi saco en las rodillas y traía los brazos al aire, pues mi camisa era de manga corta. Entre las personas que andaban por el pasillo hubo una que de pronto me dijo:
-Con su permiso, por favor...
Y yo respondí con rapidez:
-Es de usted.

Pero no sólo no comprendí lo que pasaba sino que me asusté. En ese instante ocurrieron muchas cosas. La primera fue que aun cuando ese señor no había terminado de pedirme permiso, y mientras yo le contestaba, él ya me frotaba el brazo desnudo con algo frío que no sé por qué creí que fuera saliva. Y cuando yo había terminado de decir "es de usted" ya sentí un pinchazo y vi una jeringa grande con letras. Al mismo tiempo una gorda que iba en otro asiento decía:

-Después a mí.

Yo debo haber hecho un movimiento brusco con el brazo porque el hombre de la jeringa dijo:
-¡Ah!, lo voy a lastimar... quieto un...

Pronto sacó la jeringa en medio de la sonrisa de otros pasajeros que habían visto mi cara. Después empezó a frotar el brazo de la gorda y ella miraba operar muy complacida. A pesar de que la jeringa era grande, sólo echaba un pequeño chorro con un golpe de resorte. Entonces leí las letras amarillas que había a lo largo del tubo: Muebles "El Canario". Después me dio vergüenza preguntar de qué se trataba y decidí enterarme al otro día por los diarios. Pero apenas bajé del tranvía pensé: "No podrá ser un fortificante; tendrá que ser algo que deje consecuencias visibles si realmente se trata de una propaganda." Sin embargo, yo no sabía bien de qué se trataba; pero estaba muy cansado y me empeciné en no hacer caso. De cualquier manera estaba seguro de que no se permitiría dopar al público con ninguna droga. Antes de dormirme pensé que a lo mejor habrían querido producir algún estado físico de placer o bienestar. Todavía no había pasado al sueño cuando oí en mí el canto de un pajarito. No tenía la calidad de algo recordado ni del sonido que nos llega de afuera. Era anormal como una enfermedad nueva; pero también había un matiz irónico; como si la enfermedad se sintiera contenta y se hubiera puesto a cantar. Estas sensaciones pasaron rápidamente y en seguida apareció algo más concreto: oí sonar en mi cabeza una voz que decía:

-Hola, hola; transmite difusora "El Canario"... hola, hola, audición especial. Las personas sensibilizadas para estas transmisiones... etc., etc.

Todo esto lo oía de pie, descalzo, al costado de la cama y sin animarme a encender la luz; había dado un salto y me había quedado duro en ese lugar; parecía imposible que aquello sonara dentro de mi cabeza. Me volví a tirar en la cama y por último me decidí a esperar. Ahora estaban pasando indicaciones a propósito de los pagos en cuotas de los muebles "El Canario". Y de pronto dijeron:

-Como primer número se transmitirá el tango...

Desesperado, me metí debajo de una cobija gruesa; entonces oí todo con más claridad, pues la cobija atenuaba los ruidos de la calle y yo sentía mejor lo que ocurría dentro de mi cabeza. En seguida me saqué la cobija y empecé a caminar por la habitación; esto me aliviaba un poco pero yo tenía como un secreto empecinamiento en oír y en quejarme de mi desgracia. Me acosté de nuevo y al agarrarme de los barrotes de la cama volví a oír el tango con más nitidez.
Al rato me encontraba en la calle: buscaba otros ruidos que atenuaran el que sentía en la cabeza. Pensé comprar un diario, informarme de la dirección de la radio y preguntar qué habría que hacer para anular el efecto de la inyección. Pero vino un tranvía y lo tomé. A los pocos instantes el tranvía pasó por un lugar donde las vías se hallaban en mal estado y el gran ruido me alivió de otro tango que tocaban ahora; pero de pronto miré para dentro del tranvía y vi otro hombre con otra jeringa; le estaba dando inyecciones a unos niños que iban sentados en asientos transversales. Fui hasta allí y le pregunté qué había que hacer para anular el efecto de una inyección que me habían dado hacía una hora. Él me miró asombrado y dijo:

-¿No le agrada la transmisión?

-Absolutamente.

-Espere unos momentos y empezará una novela en episodios.

-Horrible -le dije.

Él siguió con las inyecciones y sacudía la cabeza haciendo una sonrisa. Yo no oía más el tango. Ahora volvían a hablar de los muebles. Por fin el hombre de la inyección me dijo:

-Señor, en todos los diarios ha salido el aviso de las tabletas "El Canario". Si a usted no le gusta la transmisión se toma una de ellas y pronto.

-¡Pero ahora todas las farmacias están cerradas y yo voy a volverme loco!

En ese instante oí anunciar:
-Y ahora transmitiremos una poesía titulada "Mi sillón querido", soneto compuesto especialmente para los muebles "El Canario".

Después el hombre de la inyección se acercó a mí para hablarme en secreto y me dijo:
-Yo voy a arreglar su asunto de otra manera. Le cobraré un peso porque le veo cara honrada. Si usted me descubre pierdo el empleo, pues a la compañía le conviene más que se vendan las tabletas.

Yo le apuré para que me dijera el secreto. Entonces él abrió la mano y dijo:

-Venga el peso.
Y después que se lo di agregó:

-Dese un baño de pies bien caliente.

La Señora de los Cerebros


(Hay una opción de subtitulos debajo del video, busquenla)



HIPERCONCIENCIA.