jueves, 11 de diciembre de 2008

Naainema






Primero estaba el mar
todo estaba oscuro
No habia SOL ni LUNA
ni gente, ni animales, ni plantas.



El mar estaba en todas partes. El era la MADRE; la madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna.
Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella pensamiento y MEMORIA...

Una vez controlada la nada, NAAINEMA creo el agua, transformó en Agua la SALIVA de su boca.

Luego se sentó en esta parte del UNIVERSO que es nuestra tierra, para crear el CIELO: Tomó una parte de esa tierra y con ella formó el cielo azul y las NUBES blaNCAS.



Era la NADA, no había cosa alguna. Alli el PADRE palpaba lo imaginario, lo misterioso. NO había nada ¿Qué COSA habría? Naainema, el padre, en estado de trance, SE CONCENTRÓ...

BUSCABA DENTRO DE SI MISMO.
(Museo del Oro- Bogotá- Culturas del Chocó)

martes, 9 de diciembre de 2008

La literatura (que uno encuentra por ahi) I







[...] Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí, como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser de piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado. [...]
El túnel- Ernesto Sábato
(Bogotá)

Valentía






(Bogotá- First Impressions)

Tan familiar que da la pauta de que lo diferente soy yo. No sabía que recordaba tanto. Y nunca fue fácil llegar de noche a ninguna ciudad. De repente lso bobos miedos se disipan y afloran las ganas, las gentes de antes se vuelven amigables. Sentirse turista es extraño. Cuantas obviedades ya sabidas, pero, claro, ahora hechas sangre.
Enumerar las tres premisas:
* No desesperarás
* No te autocompadecerás de tí misma
* No existen las puertas cerradas sino los caminos alternativos.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Todo fin es un comienzo






Empiezan las patadas. La idea de esa soledad conocida comienza a hacerse carne. "Volver al ruedo", porque los caminos no son lineales sino ruedas circulares, ¿no?
Mañana ya no estaré aqui. Ya no estoy aquí. La sangre en otro pulsar. La "costumbre" comienza a disiparse otra vez.
Todo fin es un comienzo.
Vuelvo al ruedo, lenta, a seguir haciendo preguntas. Ya no yo. Ahora una otra por venir. Se lanza la aventura por los aires y los dados todavia no caen... Veremos qué suerte esta echada.

(Buenos Aires)